¿Qué podemos esperar los periodistas en 2023?

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Jesús M. Moreno Mejía.

Los hombres hacen
promesas sin intención 
de llegar a cumplirlas.
Esopo (fabulista).

            Es un tema muy trillado al inicio de cada nuevo año, prometer llevar a cabo tales y cuales propósitos o tareas a partir del 1 de enero, sin que los mismos lleguen a ser cumplidos en cada ocasión, ya sea, en lo particular,  bajar de peso, cambiar de actitud, no tomar licor en exceso, etc. ¿Y en cuanto a nuestros gobernantes, qué podemos esperar de ellos?

El fabulista Esopo (620-580 a.C.), siempre atacó con sarcasmos a los charlatanes e hipócritas, y estos se vengaron de él acusándolo de sacrílego, imponiéndole la pena máxima de ser lanzado desde lo alto de un acantilado.

“La verdad no peca, pero incomoda”, dice el dicho popular, y lo antes señalado podrá no agradar a muchos que año con año formulan una serie de planteamientos a realizar a partir del primer día del año entrante, algunos de con la posibilidad de poder llevarlos a cabo, pero sin la menor voluntad de cumplirlos, y otros simplemente lo dicen por estar dentro de las pláticas del día, pero a sabiendas de que jamás los habrán de cumplir.

Durante 2022 fueron asesinados una docena de comunicadores en el país.

Pero dejando aún de lado los propósitos incumplidos por los particulares (máxime que enero ya comenzó), abordemos lo relativo a las consecuencias que han venido padeciendo algunos compañeros periodistas que denuncian la corrupción generalizada que se vive en México, con la grave consecuencia de ser hostigados e incluso asesinados por atreverse a sacar una verdad que no conviene salga a la luz pública, por afectar a políticos, criminales y hasta  personajes inimaginables, que temen ser descubiertos en sus tropelías.

Durante 2022 fueron asesinados una docena de comunicadores en el país, por sicarios contratados por figuras de la política o por individuos que han sentido ser perjudicados por lo que publica en diferentes medios de comunicación, lamentablemente, han quedado impunes esos crímenes.

El Gobierno Federal, así como los gobernadores de las 32 entidades de la República y hasta ediles de algunos Ayuntamientos, han sido omisos en cuanto a pugnar por darles una efectiva protección y hacer justicia a tan arteros asesinatos en los ámbitos que les corresponde actuar.

Recientemente, la agencia informativa EFE logró entrevistarse con un representante de la organización civil “Artículo 19”, afirmándose que la docena de periodistas sacrificados hasta finales de diciembre pasado, colocaron al 2022 como “un año muy alarmante” en el tema de los atentados a la libre de expresión y la libertad de prensa.

Definitivamente, la cifra de compañeros comunicadores sacrificados ha ido en aumento año con año, por el simple delito de haber dicho la verdad, y al igual que le sucedió a Esopo al denunciar a los auténticos hipócritas de su época, hoy pagan con una muerte violenta no pocos colegas, sin que se exista castigo a los autores intelectuales.

Es una realidad, en la casi totalidad de los periodistas asesinados en nuestro país, que prive la impunidad, pues estima que un 99 por ciento de las investigaciones judiciales e impartición de justicia, no se llega a las últimas consecuencias, pues nunca queda en claro quién o quiénes fueron los autores intelectuales de los atentados.

 “Artículo 19”, señala que “en México existen cuestiones sistemáticas que generan la violencia contra la prensa, como la censura sutil a través de la publicidad oficial (promesas) o cuestiones más estructurales como la precariedad en la que muchos periodistas ejercen su labor, lo cual genera un ambiente más hostil para el ejercicio periodístico.”

“Actualmente, en el período gubernamental, no hay condiciones, ni políticas públicas o acciones concretas, para enfrentar los problemas que genera la violencia contra la prensa, sino que parece haber todo lo contrario. Se necesita que las medidas de seguridad tengan un enfoque más preventivo y no sólo reactivo, que incluyan la coordinación de los tres niveles de gobierno (municipal, estatal y federal) y de distintas instancias.”

Respecto a la precariedad laboral, aclaran los voceros de “Artículo 19”, debe haber vínculos con la Secretaría del Trabajo, para que los dueños de los medios de comunicación, cumplan con las obligaciones a las que están sujetos en lo referente a las condiciones laborales de la prensa.

“Se trata de asegurar que haya un marco normativo, legislativo, que apoye a que existan mejores garantías para un ejercicio periodístico libre, además de derogar leyes restrictivas a la libertad de expresión, que todavía existen en algunos estados, como los delitos contra el honor y la libertad a expresar algunos temas, que generalmente se usan de manera arbitraria para censurar a la prensa”, señala Artículo 19.

También se hace un llamado a revisar la Ley de Comunicación Social, que actualmente está “congelada” en el Congreso de la Unión, para asegurar que la asignación de recursos públicos sea transparente, asegurando a qué medios se les da y por qué razones.

Finalmente diremos que dentro de los tres últimos sexenios, el número oficial de periodistas asesinados por causa de su desempeño laboral, ascienda a 260 víctimas, de cuya cifra 63 van de la actual administración federal.

¿Cumplirá el presidente Andrés Manuel López Obrador el dar mayor seguridad a los compañeros periodistas antes de que concluya su sexenio o quedará como un buen propósito más sin realizar, tal como lo han hecho anteriores mandatarios?

¡Es cuanto!