José Guadalupe Robledo Guerrero.
Durante los últimos dos años, Ricardo Monreal Ávila se dedicó a engañar a sus amigos de la “oposición”, haciéndoles creer que si no había piso parejo en la elección del candidato presidencial de Morena, se postularía por otro partido o por una coalición de partidos “opositores”; incluso, entusiasmó a gente inteligente y culta que habían votado por El Peje con aquello de que sería el “Presidente de la Reconciliación”, y hasta que dijo que no se doblaría, ni se rajaría, y que no quería ser gobernador de la Ciudad de México, porque quería ser presidente, pero esa era una actuación teatral y demagógica, pues él siempre ha sido un político convenenciero.
El viernes pasado, “el político profesional” terminó con esa falsa creencia que sobre él habían hecho los medios de comunicación y los periodistas críticos que repitieron sus mentirosas poses, al decir en una rueda de prensa: “prefiero no ser nada, no participar en nada, que traicionar al presidente”, y lo dijo casi a punto de llorar, compungido y con un tono de lamento, precisamente cuando se publicaban reportajes de investigación en donde se comprobó la corrupción de dos de los hijitos de AMLO: José Ramón y Andrés (Andy).
La verdad, es que Monreal nunca pensó en abandonar Morena, pues está convencido que en 2024 el candidato o candidata de Morena ganará de nuevo la presidencia, y él no quiere estar fuera del poder ni ser perseguido, seguramente por la gran cola que sus adversarios le ven a los hermanos Monreal en Zacatecas, quizás por eso, su hermano el gobernador David Monreal, no ha podido frenar la violencia en su estado.
Conocí a Monreal durante el sexenio de Rogelio Montemayor, pues por un tiempo fue delegado del CEN del PRI en nuestro estado. Algún día un compañero periodista, Antonio Dávila Campos, me invitó a una cena con él, porque según me dijo, Monreal se lo había pedido. En la cena, durante un par de horas estuvimos platicando, Monreal me habló de su visión democrática, su actitud honesta, su anhelo de cambio, su aversión a la corrupción oficial, pero nunca le creí, pues me lo decía como militante y beneficiario del PRI, y la verdad nunca he creído en los politicastros mexicanos. No hubo vibra.
Años después, en 1998, Ricardo Monreal ganó la gubernatura de Zacatecas postulado por el PRD, posteriormente desde el PT coordinó la campaña presidencial de AMLO, y desde 2018 es senador y funge como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, en donde -según una de sus últimas escenas teatrales- “los senadores ya no me hacen caso”.
Monreal ya decidió su destino con AMLO y Morena, y quizás hasta lo hagan candidato al gobierno de la Ciudad de México, pero la pregunta que ronda la mente de todos es: ¿Ganará? Otra pregunta que se hacen los observadores es: ¿qué amenaza recibió Monreal que de la noche a la mañana cambió de opinión y se inmoló?
Lo único cierto, es que Ricardo Monreal Ávila se convirtió en un traidor para tirios y troyanos, los duros de Morena, que es a los que escucha AMLO lo consideran traidor, de lo mismo lo acusan los “opositores”, pero pudo salvar aquello de que es un “político mexicano profesional” que en el argot ese distintivo se identifica con la tranza, la corrupción, la demagogia, la simulación y el engaño. Así están las cosas en México rumbo al 2024. Por lo pronto, Monreal está en el lado siniestro de su amo y señor, AMLO, y del lado diestro Adán Augusto López, tal y como aparecen en la foto en Palacio Nacional, junto a las otras corcholatas.
Política aldeana
El domingo pasado, a raíz de mi comentario titulado Grilla en la UAdeC, el Rector Salvador Hernández Vélez me envió un mensaje en donde dice: “Lo único que se está discutiendo en este momento, porque fue presentado ya ante el Consejo Universitario por las directoras y funcionarias de la Universidad, es que haya paridad de género en el Consejo Universitario, en los Consejos Directivos y en los puestos de la administración central. Nadie ha propuesto que en el siguiente relevo de Rectoría ya debe ser rectora. Y también está claro en la Universidad que esas modificaciones deben hacerse en la Ley Orgánica, esto es por la Cámara de Diputados”. Esto es lo medular del mensaje, y fundamental para que en la UAdeC se sepa que no hay intenciones de que el próximo rector sea una mujer.
Preguntas huérfanas
¿Qué otra cosa pueden ofrecerle a los coahuilenses los candidatos de Morena y el PT que no sea que son vasallos de AMLO, pues ellos no significan nada en Coahuila?
¿Por qué José Ramón López Beltrán, el corrupto hijito de AMLO, se fue a residir a Barcelona, luego de que se revelará el conflicto de interés de su nueva casa en Coyoacán?
