LA PRIMAVERA Y BENITO JUÁREZ

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Fernando Rangel de León.

El 21 de marzo empieza la primavera, la estación del año “sinónimo de vida, juventud, sol, aire y todo lo que tiene de colorido”; la más hermosa del año, que se prolongará hasta el 20 de junio; y cuyo inicio ya no se puede celebrar como antes del 2006, en que el asueto de aquella fecha para celebrar el natalicio de Benito Juárez, fue cambiado para el tercer lunes de marzo, como acaba de ocurrir el pasado día 18 del fin de semana largo; de manera que en este 2024, el  21 será un jueves de labores normales.

De las primeras tres grandes transformaciones que México ha tenido, la única que no tiene una fecha determinada es la Reforma; pues la Independencia la festejamos el 16 de septiembre, y la Revolución, el 20 de noviembre; en cambio la Reforma fue un movimiento comprendido entre la Constitución de 1857, las Leyes de Reforma, la Batalla de Puebla de 5 de mayo de 1862, el fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo en junio, y el Triunfo de la República, el quince de julio, ambos de 1867.

Benito Juárez, nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca

La Reforma transformó el estado mexicano clerical por el estado mexicano laico, para todos los credos religiosos y todos los estratos sociales sin importar la raza ni la condición socioeconómica; liberó el estado de la Iglesia, que lo dominaba todo, y todas sus inmensas riquezas fueron nacionalizadas; creó las instituciones públicas que todavía funcionan en México, para todos por igual.

Hace 218 años, el 21 de marzo de 1806, Benito Juárez, nació en San Pablo Guelatao, Oaxaca; y se escogió esta fecha para celebrar la Reforma, porque él representó como nadie este movimiento liberal que tuvo entre sus máximos colaboradores a Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga, Jesús González Ortega, Mariano Escobedo, Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Sebastián Lerdo de Tejada, Francisco Zarco, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio L. Vallarta (Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que sí estuvo en favor de la transformación), y una pléyade de grandes hombres que querían un México libre, moderno y progresista.

Thomas Carlyle, afirmó que la historia era la historia de los héroes; lo cual no es del todo cierto; pues como afirmó Vicente Lombardo Toledano, ellos no son seres providenciales sino individuos de excepción que en un momento dado del devenir histórico encabezan al pueblo en sus movimientos sociales por alcanzar el bienestar para todos, como así lo fue Benito Juárez.

Por lo que todos los mexicanos que querernos la historia y queremos que continúe hacia adelante debemos luchar desde la trinchera en la que estemos, para continuar transformándonos para bien de todos.