No hubo romería

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           Profesor Evaristo Velasco Álvarez

Como niño al que le han quitado uno de sus juguetes favoritos, el pueblo de Aguascalientes se encuentra sufriendo una pena negra al no poder realizar las fiestas que con motivo de la fiesta grande de la Virgen de la Asunción, debido a las restricciones de la pandemia, ya no hubo ni peregrinaciones, ni festejos en todas las parroquias del Estado, y ni en las parroquias de los pueblos vecinos, que se sumaban a las peregrinaciones diarias durante los primeros 14 días del mes de agosto, que remataban con la magna peregrinación y fiesta de la Asunción con un desfile de todos los fieles aguascalentenses en la llamada ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN.

Romería de la Virgen de Zapopan, Jalisco

Esta festividad, entremezclada con las fiestas de la cosecha, para agradecer que los productos agrícolas habían logrado los objetivos fijados, y convirtiéndose en fiesta religiosa que data desde finales del siglo XIX, se fue haciendo cada vez más importante, y posterior a la “GUERRA CRISTERA”, se hizo más abierta y se fue perfeccionando el rito, llegando en 1983 a recibir la aprobación del Papa Juan Pablo II como una festividad religiosa, gracias a la intermediación del Obispo Salvador Quezada Limón.

Entonces fue primero la fiesta de la Vendimia, en donde toda la feligresía venía a catedral a agradecer a la Virgen de la Asunción sus bendiciones. Se establecían puestos de venta de productos agrícolas y ganaderos, en algún lugar céntrico de la ciudad, rematando el día 15 de agosto del año en cuestión, con un desfile en donde bellas madrinas repartían racimos de uva en su paso por toda la avenida Madero.

Luego, para 1950 aproximadamente, comenzaron a hacerse de manera oficial las peregrinaciones diarias, durante los 15 días primeros del mes de agosto, para culminar la noche del 15 con un desfile en toda forma, en donde se exhibieron carros alegóricos de la vendimia y de la vida de la Virgen María, llegando al punto de convertirse en un evento de importancia turística nacional, que fue el atrayente de visitantes de todo el país, quienes venían a disfrutar de fiestas de toros y bailes de importancia, consumiendo y hospedándose dejando derrama económica para el estado.

Y muy molestos y disgustados se encuentran los comerciantes, los clérigos y los CABALLEROS DE COLÓN, a quienes les quitaron la oportunidad de lucirse con una festividad que está creada por ellos, y es para ellos, presumiendo que dominan al pueblo y que hacen que el pueblo se gaste sus dineros en limosnas “PA’ LA VIRGENCITA”… como si la virgen necesitara de recursos económicos para existir…

Esto último ha calado muy hondo en todo el pueblo, pero principalmente a las instituciones religiosas y no religiosas y comercios para el turismo, puesto que no se hizo nada más que de manera virtual, algunos festejos. Al pueblo hay que darle PAN Y CIRCO, y en este año, por la pandemia, no se le pudo dar ni lo uno ni lo otro. La esperanza está colgada del anuncio que el gobierno federal ha hecho en cuanto a que en el primer trimestre de 2021 (enero, febrero y marzo) se contará con la vacuna que nos dará la libertad de movimiento y de aplicación para lograr ¡Que viva México!

velasco_alvarez@yahoo.com